levedad.

La intensidad de un breve toque,
se hace grande al recordarla.


No vivamos como proyecciones ya fijadas,
sino descalzas,
entre arenas frías de playa.

De mi mano colgarán cristales.
De su mano, mis hadas.

ensoñación.

Busquemos entre los corazones del fracaso, un recuerdo inmediato.
Un querer y un no decir, un vivir y un no existir.
Un duelo entre la expresión y la razón,
Quizá el comienzo de un amor.

Olvidémonos de lo imborrable, Rescatemos lo perdido.
Si el hielo ya no es frío, ¿qué arder será infinito?
Piérdete entre el falso bosque,
No caigas en la red de su belleza.
Demuéstrale al coraje tu presencia,
dale al fin al nombre, esencia.

Si cayendo en aguas infinitas,
Buscamos un camino sin destino
Entonces ¿para qué nadar sin alas?
Mejor volar, sin un motivo.

Yo no buscaba comerme el mundo
Buscaba que el mundo no me comiera a mí.
Que no me tragara entre sus urbes
Que no me convirtiera en una más
Que no me rebajara a una cifra,
Que me diera algo más que un nombre
Que una identidad.

Yo no buscaba comerme el mundo,
Buscaba comerte a ti.
Te encontré entre un acierto y un pecado
Los errores no existen para mí.

Yo no buscaba comerme el mundo
Buscaba sonreír

Yo no buscaba comerme el mundo
No lo buscaba
Pero lo conseguí.