¿De quién crees que hablo cuando callo?
¿qué voz crees que escucho cuando ignoro los silencios?
Te recibiría con redobles al apartar las sábanas, pero no
hay galardón que ofrecer, ni discurso con que anunciarte.
Los atardeceres nunca te impactaron.
A mí, el amanecer, me hace querer marcharme.