martes, 11 de febrero de 2014

Cuerpo en blanco.

Voy a presentarte mi cuerpo en blanco. Quizá quieras pintar sobre mi cuello. Líneas que marquen el asesinato perfecto. Quizá aun quieras comprobar los límites de mi abdomen. Puede que en la espalda entren aún dudas y respiraciones. Siempre puedes, en las piernas, extenderte. 

Ve tomando notas, sobre cada alteración. Cada erizamiento, o entrada en calor. Prueba a sorprender al tacto, tan difícil, a veces. Prueba a mirar todo sin historia tras los ojos. Sin conocimientos de ética y moral. Sin la corrupción por los hombres construida. Sin costumbres constituidas.

No importan los colores, todo queda negro, hasta la sangre.  No importa la precisión, la piel es  ya tan poco precisa…
Mis manos úsalas sin miedo, que aún son humanas. En los brazos no busques segundas intenciones. 
Quizá en el reverso del codo. Ahí se desvela tanto. 



martes, 4 de febrero de 2014

Lo "mortalizado".


Vienen a recordarnos que existimos, y que ellos han existido con nosotros desde hace varios años.
No importa nuestra existencia anterior a su alteración, ese es el mensaje, porque no está registrada.

Pero ah, ahí está, el cerebro humano, sorprendiendo como siempre.

¿Qué es eso difuso? ¿No será un recuerdo? Uno de verdad, sin foto, sin canción de moda.
Cuidado con esos que son los más peligrosos, porque nadie puede venderlos, modificarlos, edulcorarlos, despreciarlos o eliminarlos.
Tengo recuerdos así, lo reconozco. Los tengo de todo tipo. Envasados, y rotos. Tan válidos unos como otros. 

Y tengo en especial lo privado, lo desvirtualizado, lo tan puramente humano que, cuando yo muera, morirá conmigo, y solo conmigo,
porque elegí no inmortalizarlo.