Soy la extrañeza de ser yo misma. Clara en los pensamientos,
no resulto más que un borrón difuso cuando salgo de ellos. No termino de
encontrar las condiciones donde materializarme.
Miro, y miro, y siento que soy sólo eso, un mirar.
Un mirar
no expectante ni espectador, un mirar que se posa intencionado en cada detalle
nimio, para, después, abstraerse y sentirse lejano, tan lejano que en ocasiones,
quizá, ni ve.
Qué confusa la sensación de estar deshabitada. Sentirme
plena y vana al mismo tiempo. No por ausencia, pues no podría encontrarme más
en mí, pero vacía en las cuencas de otros ojos...como si se quisiera que viviera
intramuros de un mundo que se encuentra, fuera de mis tierras.