Visiones de sábanas compartidas
en un mundo egoísta.
He puesto la advertencia a
media voz, para no escuchar sus reparos, acerca de nuestra lumbre, cerca de la
alfombra, incendiadas antaño las cortinas.
En blanco y luz, reflejos, de
cómo una sonrisa es victoria hoy,
la batalla olvidada, y aún así armados. Por si acaso a la noche mi escudo te pide disparar, por no ser menos.
la batalla olvidada, y aún así armados. Por si acaso a la noche mi escudo te pide disparar, por no ser menos.
Cabe pensar que exagero, que
las emociones son siempre más sutiles.
Las emociones hoy han hecho
que arañe el papel y la almohada, y que el grito no rompa el cristal sino el
marco, que lo contenía todo, que mantenía erguido el mundo interno.
Las emociones saben más que
los pensamientos, por algo llevan aquí
más tiempo.
Tú y yo, como quien dice,
somos sólo intentos de inmortalidad,
habitando en otro pecho que, por si no habíamos caído,
tampoco palpitará eterno.
somos sólo intentos de inmortalidad,
habitando en otro pecho que, por si no habíamos caído,
tampoco palpitará eterno.