Despacio. Como un interlocutor experimentado que respeta los
silencios de mi tiempo, y consigue fusionar las luces sometidas a la niebla, a
través de las gotas del cristal expuesto al frío y su calor.
Nada te retiene y aún así te detienes. Esperas. La paciencia
es una virtud que nació en unos labios perdidos.
Sin embargo, de esta áspera búsqueda el fruto está
vendido, si no al diablo a una fuerza mayor, que se niega a devolver su oferta,
que sabe ya muy bien, el porqué de negar cualquier promesa.