jueves, 5 de octubre de 2017

Querías escapar pero había alguien más, escapando, antes que tú.


Me estoy meciendo en la ausencia de esquinas de esta habitación.
Tengo golpes que salen del interior de mi cuerpo,
y dejan contusiones que se resienten con cada actividad cerebral.
Me protejo en los abismos de un hipnotismo mudo
y sin tocar un botón se disparan los volúmenes.

Te encuentro,
y hago de ello algo dañino, hiriente y saciante.
Vuelco ,
 y en tus límites dejo que ideas mal contenidas se derramen, e impregnen la siguiente vez.

Sólo porque tu voz me llegó un instante desde más cerca,
puedo volver a susurrar.

¿Reúno las cualidades para que me evites mañana?
¿qué forma alcanzan en tu oído los sonidos,

 cuando te hablan tan próximo que casi ni se llega a pronunciar?

lunes, 8 de mayo de 2017

Están arrancando las flores.




No pienses que resisten las mejores,  
son las que faltan,
las que no mueren, las que matan.

Y sus miembros
amputados,  
clavados en la garganta nos impiden gritar barbarie.

Y  más valdría gritarlo y perder la lengua,
que continuar con ella para saborear escoria.  

Pero nos acostumbramos a este sabor de boca que es la nuestra,
la que al mirar deshechos los pétalos en las calles se vuelve mueca,
la que nos está fallando,
porque están arrancando las flores,
vivas y muertas,
porque están arrancando la vida, las flores, y a ellas.




sábado, 6 de mayo de 2017

Azul, cómo debía ser el mar.

Una hora más de sol podría acabar cegándome por completo.
Todo un océano expuesto para evitar el rescate.
Todo el paginado de la historia antigua,  y la moderna, quemado en mi lavabo.
No importan las duchas frías, los baños templados y la marea baja en la espuma y las sales.
(No terminan de convencerte de hacer lo correcto).
La mayor ansiedad a estas alturas es no estar ansioso por algo.

¿Quién aguanta en la balsa, entre dos aguas, sin motor o vela, a merced de una orilla que lo entienda?

viernes, 24 de febrero de 2017

Soledad

Soledad de escasos metros cuadrados,
soledad de puertas abiertas,
soledad de lapidación popular,
soledad de rebaño animal.

Soledad de cruzarse la cara,
soledad de mirar y no verse,
soledad de "me quedo",
soledad de te busco, y joder, te encuentro.

Soledad de ojalá estar aislada,
soledad de me quedo parada,
soledad de hablo y hablo,

soledad de" hoy por Dios que me mato". 

martes, 17 de enero de 2017

Me cierras. Me ofreces.



Te eché de menos durante el desastre. Nadie disfrutaba tanto del caos.
Eché de menos tus manos tirándome del cuello, obligándome a mirar.
Miré, en cualquier caso.
Busqué, por si alguien se apuntaba el tanto. Por si ese alguien eras tú.
Recordé la vez que me tendiste la mano (te pareció vulgar que no gritara, y a mí que fueras capaz de sostenerme la mirada).

No, no estoy, no sigo allí.
¿recibiste el mensaje?
¿o desconectaste tras el apocalipsis, no fuéramos a ser los únicos supervivientes?


viernes, 6 de enero de 2017

De aquello que se salva.

En los labios, para que no quepa otra interpretación. Es muy fácil perderse en la falta de simbolismos, en las adecuadas formas informales que quieren mitigar todo acto de valor, con mayor miedo al ridículo que a la cobardía.

No se entiende como entre tanta fachada a medio derruir se siguen sin ver los interiores. El hormigón, tan estable, sujetando un derrumbe del alma, que se anexiona, que se funde, que se vuelve piedra, gris, desaparecida.

Átomos que piden y que dan. Las mínimas células, sobre  la celulosa.

Incorpórame, a la mezcla desabrigada de las dudas.
Nadie más preguntará nunca el significado corpóreo del último humo expirado.