domingo, 27 de diciembre de 2015

Mañana la distancia, y hoy la ausencia.


Cada paso, al pie desenfocado, se debilita  entre los vuelos.
No quedaban entonces, augurios en las tazas
ni se reían las voces cruzadas.
Sólo a veces, en un libro, cabían tres o cuatro ideas.
Sólo a veces, en un libro, mi cabeza daba vueltas.

 Se marcharán como marcharon y quedarán los que quedaron.

Pero he conocido a la mujer, y al hombre.
Y al hombre que no quiere serlo.
Y he dejado la ventana abierta,
ahuyentando  apariencias y bajezas,
dando oxígeno a todos mis planetas,
sin olvidar el vacío que hay ahí fuera.



Del avance de las horas, de la avalancha de absurdos, del no te sé decir mañana. Hoy me siento burdo.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Me deshaces los nudos de más allá de mi garganta, como si quisieras que hablara desde las bases de un órgano herido internamente.


Antes me hacías guardar el equilibrio sobre luces de neón, pero lo perdía al llegar la mañana.

¿Recuerdas aquellas noches rescatándote y hablando sobre tu  corrupción,  cómo yo rebatía cada uno de tus puntos?
Después inventabas pruebas de un salvajismo brutal, que yo pasaba por llegar a conocerme a mí misma.
Hablábamos y hablábamos sobre el descosido mundo que nos habitaba.
Y tras todo aquello llegó un momento en que me miraste , y no me reconociste, y en mi rostro se dibujó una sonrisa cruel y ambiciosa, y tuviste miedo, el miedo más hermoso que he llegado a coleccionar.

Después huí y me encontraste, y golpeada mi cabeza contra alguna columna me obligabas a mirar mis principios destruidos.


Yo que quedé enmudecida por ti, por el mundo que me abrías, sin embargo no quería estar contigo.

lunes, 30 de noviembre de 2015

No se puede ser sólo un hombre contra el hombre.


Hace falta el valor del miedo, quien no lo tuvo no supo enfrentarlo.
La certeza de la necesidad de duda,
lo conveniente de abandonar aquello que convino.
Abrir más ojos y más bocas.
Buscar tu yo en el bando opuesto.
Desestimar estimas que resultaron espinas en la médula del cambio.
No vale nacer, vivir, morir,
sin hacer, sentir y oír.


Que si el enemigo eres tú mismo, y no te has reconocido, ¿cómo vas a combatirlo?
Pararse, analizarse, ¿qué he realmente defendido?
¿He vivido o he matado, gracias a mi vida inerte?
No puedes quedarte simplemente indiferente,
ni mantenerte siempre al borde,

no se puede ser sólo un hombre contra el hombre.

lunes, 23 de noviembre de 2015



No importa el sentimiento común
de ser dos, en mil hojas.
El otoño, a los cuadernos,
también llega y los deshonra.


lunes, 16 de noviembre de 2015

En la imagen de tus venas, convirtiéndose en raíces de árboles milenarios,
fijé durante tanto rato el pensamiento, que al querer hablar, ninguna palabra supo inaugurar mi boca.

Sin saber qué hacer con el hambre por tu hambre, desmantelé cualquier pauta de comportamiento, y no supe enfrentarlo con cautela.

Avancé, hasta quedar varada en este cruce de instintos.

Mañana, según dicen los diarios,
seré otra, y hará frío.



viernes, 30 de octubre de 2015

Despacio. Como un interlocutor experimentado que respeta los silencios de mi tiempo, y consigue fusionar las luces sometidas a la niebla, a través de las gotas del cristal expuesto al frío y su calor.

Nada te retiene y aún así te detienes. Esperas. La paciencia es una virtud que nació en unos labios perdidos.


Sin embargo, de esta áspera búsqueda el fruto está vendido, si no al diablo a una fuerza mayor, que se niega a devolver su oferta, que sabe ya muy bien, el porqué de negar cualquier promesa.

domingo, 4 de octubre de 2015

y si fue, aún soy.

Sacas mi yo de dentro, retorcido, y lo expandes por mis costados.
Como si lo clavaras al aire, a mi alrededor lo expones, lo haces público ante mí,  para que no tenga otra opción que evidenciarlo.

De mis extremidades, como si mis venas superaran mi cuerpo ,y fueran a dar riego a esa nueva forma, a la sombra extraída, al yo más interno, se alimenta y va creciendo, inflado por mi aliento.

Sobre mi cabeza, bestial y enorme se dibuja, como imposible, 
en su origen de una humana.
Negro, como una brutal nada.  Inspira y espira, a un ritmo pesado y lento, sobreviviendo a esta realidad, pues es otra su condición, su término.



¿y si su origen no era humano?
¿y si fue, o es todo aún, un sólo tránsito? 



sábado, 3 de octubre de 2015


Nos sentíamos tan universales crepitando en aquel sol,
que al convertirnos en papel costó volar para alejarse.

Fuimos la llamada de un poeta menor,
y aún busco entre sus rimas, quien me mate.



domingo, 27 de septiembre de 2015

El reflejo, en todo idéntico, no mostraba mis manos. No mostraba el movimiento de mis manos, su interacción con mi cuerpo.
El resultado, una figura inalterable, que en nada podía ser yo, en tal ausencia de modo.

Quizás los actos, cansados de su falta de eco en este lado, se habían negado a reproducirse en aquel otro.

¿Para qué llevar la mano hasta el pelo, y colocar un mechón o dos? ¿Para qué deslizarse sobre el brazo y encontrar un hueso mudo?

¿Para qué llegar hasta el pecho, y constatar la falta de vibración allí, de pulso, de vida en sus entornos?



viernes, 4 de septiembre de 2015

de cómo me robas la mitad de la música, y la regresas a mí, a través de tu voz, hasta hace dos estrofas desconocida.

Tras el verso, tu mano,
como una onda,
como un velero perdido en el aire, buscando tierra,
desde la que avistar mar.

No te quedan fuerzas para estar parado.
Nos piden la misma posición,
nos piden la misma ceguera,
la misma invirtud.
Pero no podemos seguir dando menos,
no podemos ser esta falta de ser.

La humanidad tiene que brotar, por algún lado,
tiene que decir: "aquí existo", y dar muestras de ello,
contra todos los que dan una patada bajo la mesa,
y ordenan: "calla, 
hazte el muerto".

sábado, 1 de agosto de 2015

Podría decir tantas cosas que sólo, y ya sabes, si ves el mar...
Posees un huracán, habitando tus venas, que arrasa y rompe tus tejidos.
Y todavía dudas, como duda el que recibe el disparo, cuando aún no sabe si ha hecho blanco.

Y hoy el mar eres tú, teñido de rojo,
y yo me baño en tus aguas, tiñendo la piel...

Se formarán nubes y lloverá mañana.
Los campos, serán regados con tu sed.


jueves, 9 de julio de 2015

wood.


Soñé con un beso en el cuello,
y me desperté aún con la inmovilización que provoca.

-Tus colmillos hacen más daño- decías. Pero aún tengo las marcas de tus dientes, como vetas en madera, en árboles de troncos de un oscuro casi húmedo.

He visto pájaros ahorcarse en sus ramas. De noche. Allá donde mirabas.

Perdí los ojos, las ganas de usarlos. Insistías.

-Ven, aún tengo que enseñarte tanto.
- Si voy, vas a tener que enseñármelo a las manos.

miércoles, 24 de junio de 2015

De sal, las cenizas.

Me imaginé dedos, saliendo de la arena, rogando temor.
A la noche nadie encontraba los cuerpos, ni las olas. Habían desaparecido, convirtiendo esta playa en una especie de purgatorio sin almas, pues lo que se juzgaba no era al hombre, no al menos como creador,  sino al hombre como creación, quizá precipitada, quizás injusta,  desde luego cruel con la naturaleza.


miércoles, 3 de junio de 2015

"degrado"

Viene, de golpe.
La sensación de encierro.
Las cuatro paredes, el metal.
Un raspón húmedo, viscoso. Lento.

Busco la Nada, su protección. Su peso.
Un escudo, contra intenciones y pensamientos.
Contra el dolor frío,
Y lo rígido del lodo en mis huesos.

En la columna, 
una vértebra,
 me paraliza.

Busco un auxilio, un templo, Delfos.
Ansío una huída que no sea la mía.
Un: que no lleguen, ni a pensarloellos.

viernes, 10 de abril de 2015

oh oh oh

Había un cadáver, sobre el escenario. No importaba, el concierto seguía. Por supuesto también hubo muertos entre el público, pero de otro tipo.

Yo no entendía bien aquello, la continuación de aquello. Pero bailaba, arrasada por los impulsos de otros. A veces se me iban los ojos, a la sangre, al dolor inerte, creo que eso en realidad tenía efectos contradictorios, me recuerdo cerrando los ojos y saltando aún más alto.

No te calles ahora, vamos dímelo, acércate más, dilo, con todas sus letras. Aún te doy duda, a ver si es beneficio.

No tienes ni razones con las que acallar mi ignorancia.
Y ahí voy, a hacerme la tonta, como si no supiera nada, como si no te hubiera visto ir y venir y volver tres veces.

“No sé de qué me hablas. A mí nadie me ha puesto tu mano encima”. 

sábado, 21 de marzo de 2015

Ella.

Ella arde, casi dentro. Crece, se desliza, sobre todo lo que toco.

Ella me abre la puerta. La piel.

Ella me pone frente al espejo, se desnuda, cuando sabe que la miro. No me deja no mirar.

Ella me esconde, me evita, me lanza al escenario. Ella me hace actuar, me rechaza. Me recoge, me pisa, me sangra.

Ella elige. Ella duda. Ella acepta proposiciones por mí. Ella me posiciona, me olvida.

Ella me hace jugar.

Ella me grita: ¡siente algo!

Ella me ayuda a no pensar.

Ella viene, se ríe, me juzga. Ella me consuela. Ella no llora, nunca.

Ella me vive, ella me quiere matar.

Ella me hace escribir, ella me pide: no escribas más. 

jueves, 12 de marzo de 2015

As,(de picas, corazón).

No me acuses de cobarde por no ser totalmente claro. Cuántos se atreven a mostrarse frágiles, a dejar ver que la vida les duele, a veces. A dejarlo, además, por escrito, para que cualquiera pueda llegar mañana y decir “mira, así eras, así sentías”.

No siempre es fragilidad, por supuesto, de la fortaleza también hay quien se incomoda, de lo que viene por otro, por el amor, la admiración a otros.

- ¿Qué has querido decir?

Que ella ya mató una vez. Que la contemplé con horror, que me estremecí.

Y de quererla, aún, vuelve. Por invocación, por terror no superado.

Si ya tenía aquella imagen de ella, sintiéndose poderosa, frente a mi herida abierta, las siguientes estampas no iban a ser más indulgentes.

La máscara siempre vuelve porque nunca se va, porque se nos queda, para recordarnos por qué caímos, para hacernos dudar. 
Las cartas nunca están todas sobre la mesa, porque ya hemos empezado haciendo apuestas.  

viernes, 27 de febrero de 2015

Inmaculado, o no.

¿En tu idea o en la mía? ¿En qué espacio, en blanco, iluminado por la ausencia del concepto de oscuridad, concurrimos?

Tengo la imagen de una gota de sangre acabando con todo lo anterior. Una que se extiende, pero sin márgenes, por lo que no cae, ni se desliza, sólo tiñe, como si nos abriera un universo nuevo, a través de un color distinguido, que no es color, que es símbolo.

Busco, porque aquí podría haber cualquier cosa, pero de tanto, de todo, no se puede sacar nada. Se necesita un límite, una acotación, una ruptura.

Quizá sea esa gota de la que huía, quizá puedo empezar por ella, por su propia aparición. ¿De dónde vino, si aquí está todo, y todo era nada?  ¿La forcé yo a salir? ¿Soy materia en este medio?

Creía que aquí sólo éramos mentes, auras. De hecho no podría estar aquí en cuerpo, no sin suelo donde apoyar los pies, no sin quebrar yo también el blanco. Entonces no es mía. No es mía ahora.

¿Lo fue? ¿Fue de alguien en cualquier caso? ¿Por qué vuelve a mí, en esta falta de umbral y término, en este estado perpetuo? ¿Es acaso, de mi conciencia, asedio?  

martes, 3 de febrero de 2015

Gente que bebe sola en la calle, en un polígono industrial, al frío de la mañana.

-  Sígueme, os presento, ¿querías saber acerca de esto, no?  -

La parada de autobús como excusa para la conversación trivial de tres minutos, la única en el día.
Gente que arrastra una maleta eterna, cuyo peso es lo único visible, cuando miramos los hombros (o a los ojos).
Los cruces, las caravanas en mitad de un desierto urbano, es decir, de una naturaleza cruda.

Y todo esto en apenas diez minutos.
Y aún querrás saber más. Te preguntarás más.

La gente de guardia, en horas intempestivas, que ve el amanecer como el momento de ir a casa, y llorar la falta de hogar.

¿Lo contrario?
Lo contrario era un banco húmedo por el frío, en mitad de la calle, el viento cortándome las manos. Era ella sentada mirando todo. Era mirarla a ella, hacerlo, y sentir  verano.

jueves, 22 de enero de 2015

Tengo que dejar de precipitarme, en todos los sentidos.
Pero echaba de menos el agua. O ser agua.
Quizá sólo necesito que alguien caiga conmigo.

El cuerpo calado, más allá de los huesos.


lunes, 19 de enero de 2015

Madrugada, toda la noche.




La música demasiado alta en mis oídos, hasta ser dañina. Pero dañina es también tu manera de tocar algunos temas.

Busco pasos que resuenen tras los míos, aun en calles desiertas, aun con gotas suspendidas de la noche. La oscuridad es una promesa que a menudo se encoge.

Si el error llega, o me dirijo a él sonámbula en vida, es un misterio que aún no he decidido resolver. Pero aquí estamos, él y yo una vez más, apostando por no ser indiferentes, por mirarnos primero con disimulo, por empujar a todo el que se ponga en nuestro camino después, la mirada fija.

Es este deseo de dolor, este puñal apenas clavado, que trato que hundas más y más con tal de llegar a tus manos.

Sé que he subido aún más la música, sé qué es lo que quiero escuchar. He descartado la opción de contestarte a nada. Se conoce a alguien por lo que dice y por lo que calla,  y yo voy pidiendo a gritos el beso, mientras mudos mis pies patalean, suspendida de tus dedos, por el cuello, a peligrosos y excesivos centímetros del suelo.