viernes, 25 de noviembre de 2016

y en cada cosa que ahora toco.

Y en cada cosa que ahora toco,
aún me parece no tener 
solas, 
  las huellas,
y por tanto,
aún creo poder decir
  cosas,
para las que el idioma se hace a un lado
porque sabe que él,

no es un sentido.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Índigo.

Tú que paseas los dedos por las cuerdas, como si fuera la orilla de un mar, a veces al amanecer raso, otras en una noche cubierta y rabiosa.
Yo, que no puedo aprender de ello más que una visión de ultratumba. Una imagen hermosa de ti, una imagen hermosa de todo.

¿Quién no tendría dudas por ti? ¿Quién no experimentaría por ti?

¿quién no crearía un puente, entre lo que puede y quiere desear, sólo para desearte a ti de frente?

martes, 15 de noviembre de 2016

De cómo se varan los órganos, (y sólo los órganos).

La espalda, pegada a toda superficie fría que se encuentre.
La mano en la boca para no delatar.
Sin salida, calentar la última superficie,
 deslizarse por ella hasta el suelo.

Pupilas, al borde  de mi ojo.
La caída interna, el vértigo adherido.
Asirse, no para detenerse.
Demasiada gravedad deja la mente al vacío.

Silbidos, la voz. Aún no palabras.
Los órganos, el peso.
El esfuerzo por volver, aun no queriendo.
El descenso,  la extrañeza,

 la posesión del cuerpo.

martes, 18 de octubre de 2016

Usos alternativos del instinto.

Hagamos una cosa, 
cuando quieras parar gritas, pero hacía dentro, que te note retorcer el alma antes de perder la voz.

Ya sabes,
puedes pedirlo y después temerlo, 
y al tenerlo enajenarte después.

Pero no digas que sí, y cierres la puerta,
ni arañes madera cuando puedes arder dentro.

Abre, no he acabado contigo. 
Hay una línea que quiero que cruces.


Y no hay retorno, no lo  busques. 
Puedes tantear a ciegas, pero una vez que sabes lo que quieres, sin importar lo oscuro que sea,
 la luz más maravillosa de todas, sólo te dará delirios de tinieblas.

martes, 4 de octubre de 2016

- No quiero eso en mi casa.
- Pero no te importaba cuando lo usaba en tu cama.


No quiero hablar, ni tampoco el no hablar que implicaba llamadas de vecinos a las tres de la mañana.

Contábamos con los dedos los días que nos quedaban. A veces no había los suficientes libres.
Recuerdo la falta de luz y la presencia de insomnio. Como el verano de la creación de Frankenstein.
También tú ganabas en terror y placer.

Nada me salvó de ver tu muerte, a centímetros de ti.
Mi respiración acompasada. La tuya huérfana de aire en los pulmones.  Llena de otras cosas. 

Cosas que nunca quise en mi cama. 

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Parafina.

El hilo, líquido,
busca,
cae,
 constante.

Receptora,
no cree en los incendios.

Casi nunca
se acierta en algo,
cuya esencia,

pueda tragarse.

martes, 20 de septiembre de 2016

No toques ahí, (va seguido de un aún).


Sabemos esperar, a veces demasiado,
 (a veces en la espera estaba el mismo trato).

Queremos escuchar  con demasiado ahínco, 
luego se nos rompe el equilibrio,
y el malentendido, siempre.
Y siempre se sobreentiende, y no se vuelve.
Y no repite.

No sabes decir más que lo que condenas,
nadie sabe lo que adoras, ni siquiera tus piernas.

Nada dejas claro, nada en tinieblas,
 y a veces cuesta
seguirte el paso, seguir la tierra.

Y cuando salga fuego, no pidas guerra
"¿dónde está la paz que me la como?"
ya dijiste, ya te fuiste


ya te avisé sobre ser quien eras y después no digerirte.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Siguen sonando, Etienne.

Tumbada en el asfalto siente los motores bajo las uñas.

Le daña hasta la luz del atardecer más sombrío, cuando sortea el mundo por las calles.
Le explotan los oídos con las bombas internas.

Desearía silenciarlo todo, siente tambores en las sienes.

Piensa despacio, porque debe unir una idea con la siguiente, que delira bajo escombros ajenos, introducidos a fuerza en la cabeza.

Un mal camino entre una idea y otra la ha traído aquí.
Una visión confusa, un comportamiento absurdo, y un golpe seco, la vierte inútilmente.

Los motores, parados, se encienden.


Los tambores, no se detienen.

jueves, 11 de agosto de 2016

"Se cerró el sol, se cerró el sentido del sol..."


Lejos de toda radiación, creía que aún haría pie. Pero ya son días alejándome de la superficie.

En según qué profundidades, la pérdida de luces acaba, entre otras cosas, con la duda de si existía quien entendiera, que mirando a los ojos también se escucha, y que hay ojos cansados de hablar que se cierran, y apagan, como cada una de esas  luces, algo para siempre.

 
"Se cerró el sol, se cerró el sentido del sol, se iluminó el sentido de cerrarse."

martes, 5 de julio de 2016

Ella era sangre de herida abierta en mi boca.
Hacía crujir mis huesos en sus dientes.
Dañaba mi espíritu por encima de todo.
Cubría mi moral y la mataba.

Ella era sangre de herida abierta en mi boca.

lunes, 27 de junio de 2016

Y antes de hablar, adivina.

Tú, que redondeas círculos ya hechos.
Yo, que no tengo intención de entrar en ellos.

"No creo en la voz escrita".  (Mira que seas tú quien lo diga).

A mí, que debería bastarme mi mano izquierda.
A ti , que no te salen llagas ni en las cuerdas.

Mañana las veremos en las tiendas. (Páginas marcadas por desidias muertas).


martes, 21 de junio de 2016

Al menos queda algo de furia, el ruido, no sé cuándo o cómo, se llegó a marchar.

Y perder peso, para que cueste menos ser péndulo en el vértigo.
Y ganar resistencia, y resistirse.
Y llorar los ojos de cristal para humanizarlos.
Pero no ser humana, no fingirlo, y no negarlo.

Seguir,
con los dedos asidos, descosidos, y temblando.


domingo, 29 de mayo de 2016

Suponer que el impulso estaba, aun cuando no recuerdo contenerlo, o que adoptara forma.

Ahora el cuchillo en la almohada, y el inhalador, por si pudiera...

Que las manos limitan y entregan, y a veces contienen, y esconden.
Que si las muestro reales enloquecen, que sienten músculo y hueso, y palpitar de corriente,
y necesitan de más tacto, de más, de tanto, que o se rompen ellas, o se rompe algo.


O lo contuve o no estaba, porque ahora no puedo, adopte la forma que adopte, fingir que no lo advierto.

viernes, 20 de mayo de 2016

Al movimiento de un centímetro involuntario, se le otorgó un riesgo mortal.
Aceptarlo, sería un error de cálculo.

(Pero después de aquello se veía la posibilidad en cada temblor,
y no hay quien supiera no moverse).


Empieza así en un impacto, preciso,
no importa el sin querer.
La línea avanza, vertiginosa, crece, se ramifica,
crea a su paso caminos de sutura.

En su carrera se sobrepasa, vuelve al inicio, y forma origen y término,
rompiendo en dos
(o en tres, o en cuatro,

 pues no hablábamos de algo de por sí intacto).

martes, 3 de mayo de 2016

La presa fácil, la contaminación de las alas.

Fallaste en apresar al más débil,
y el jirón de su carne en tu boca,
sabía a triunfo arrebatado, y a puñal en la espalda contraria.

Ahora buscas el error,
mientras te limpias las manchas de las heridas de otros.

Y no quieres mirar porque no ves más allá.

Y los ojos se cierran,
y las dudas se expanden.

Las venas, se deshacen.

jueves, 14 de abril de 2016

Cayendo aún agua, de mi pelo al suelo,
el vapor equivocó objetivo, y empañó mi mente y tu cuerpo,
olvidando costumbres, de cristales y azulejos.

El goteo, de un lavabo mal cerrado,
prueba de  falta de atención a todo lo que no fuera  lucha de sed.
    Más tarde,
el grifo y mi cabello secos,
la sed calmada,

y aún más ganas de beber.


viernes, 1 de abril de 2016

Pedimos guerra y hubo paz, simbólica, hasta hacer desesperar.

Roto el vidrio, y con más sangre en la cabeza que en las piernas que corrían en tu dirección, no conseguí alcanzarte.

Diez carreras después, desplomados dos cuerpos en la acera contraria, vi demasiadas luces apagarse de golpe, y ruidos colapsando mi cerebro hasta dejarlo en blanco.

Me aferré a algo frío y consistente, y le confié mi cuerpo, por si alguna especie de marea trataba de arrancarlo de mi lado.

La que se fugó fue la mente. Se desplazó, primero apenas un metro, después tan lejos que no supo volver.


Resuelta a no ser cadena ni ancla, se deshizo de todo lo imperturbable, pues no hacía más que detener el baile de las mechas, en las pupilas.

viernes, 19 de febrero de 2016

Si quisieras mandarme lejos, me dirías ven, a todas horas.

Escucho, una vez tras otra, oportunidades de silencio, que no llegan, que se desperdician.

Quisiera que entre todos los derrumbes de esta casa, se hubiera mantenido en pie, o erigido de nuevo, una especie de templo natural, vacío, virgen, y atormentado.

Cada vez que pienso en los músculos de tu voz, de sus líneas apagadas, en sus títulos, avanzo hasta donde debió llegar alguna vez la última hoja.

Pero no se llegó, al menos a tiempo, no se escribió. Y quizá ni se pensó siquiera. Era el final de un siglo perdido en diez minutos. Era la indomable cuestión raptada de sentido,

y fingida hasta morir. 

lunes, 25 de enero de 2016

Dust.

Bajando el pulso y la voz, se quemaban los anteriores gritos al aire, que envolvía nubes de polvo a contraluz, en un intento por ser una imagen de calma.

El anterior pensamiento, de hacerte desaparecer a tiros de mi propia arma, parecía lejano en el tiempo, pero aún fuerte  en sus ansias.


Y a día de hoy es cierto que no quiero recuperarte a ti, ni tu voz, ni tu alma. 
Pero tampoco quiero seguir con tu esqueleto a mi espalda. 


miércoles, 20 de enero de 2016

Tres fríos focos, cegaban todo mi argumento.
Quería salir corriendo.
Quería chillar y colgarme y llegar lejos.

Sonreí, una vez, me lo pidieron.
No quedó bien, por supuesto.
Quería llorar, cantar, y estar muy quieta.
Bailé, la canción duró muy poco.
"Siéntate aquí, estarás más cómoda".
quería morir y me senté.
"Levántate, nos vamos".

No me levanté, alguien se asustó,
y me taparon.


martes, 19 de enero de 2016

Cuando todo era, y era cierto.


Si mañana cerrarais vuestros ojos descubriríais que ayer no existió el cielo, ni el sentido de la vista.
A este declive del sentir humano, se decidió darle un nombre que no significara más que la verdad, más allá del parecer del hombre.

Pero no hay verdad sin el hombre, puesto que ¿quién inventó la mentira?

La naturaleza no se presentó en el juicio, a nada testificaba.

Las cosas son y siempre han sido, hasta que llegó quien las nombró, y discutió consigo mismo.



viernes, 8 de enero de 2016

Y al malva del día le quedan si quiera dos minutos.


En apenas tres veces tu mano, ha desaparecido por siempre, aunque vuelva.
(En apenas tres veces tu mano, he encontrado casi siempre respuesta).
Y es que siento que puedo, jugar con los susurros entre botones y cuero.

(Pero luego no puedo ,decidir cuándo me pierdo).