jueves, 29 de noviembre de 2012

to see.


Me he parado a mirarte, a mirarte de verdad. Detenida a unos pasos de ti, voy limitando tu figura, enfocando los rasgos, uniendo los tonos. 
Lo hago tan despacio, que es imposible que no te des cuenta, que no seas consciente de la lentitud de mi mirada, y tengas curiosidad en saber, ¿qué?

Estás sereno, e intranquilo a la vez, no estamos hechos para ser estudiados tan descaradamente. Pero yo no te estudio, te admiro, te busco, en mitad de los sentidos, utilizando no solo la vista como crees, sino el recuerdo de lo que es el tacto, para repasar tus brazos. Y no me hace falta el recuerdo para olerte, o lo uso sin querer. Y los labios que no pronuncian nada, quieren probarte de nuevo, y anhelar es sentir.

Parado no puedes evitar revisar tu aspecto, porque yo te estoy mirando. Pero no presto atención a lo cuidado, a tu ropa, que me sobra, o al peinado, que ansío deshacer, sino que busco lo que improvisas, porque tu mirada no la estás cuidando, ni las sombras en tu piel, ni el gesto de tu boca, ni el ritmo del parpadeo, ni la respiración, ni el breve temblar de tu cuerpo. Todo eso, todo, quien lo ansía cuidar soy yo, tener, yo, provocar, yo.



martes, 20 de noviembre de 2012

Dejan de sonar, de hecho, los instrumentos tocan el suelo, y  sus bocas están lejos del micrófono, pero algo en ti no ha cesado, ni cesará el resto de la noche. 
En un segundo, Él la coge de la mano, la aprieta, con un gesto que parece decir, (como bien expresó luego V), "Lo hemos vuelto a hacer", y se la lleva, desaparecen tras una breve reverencia,  y queda algo así como su ausencia, o su presencia, aún sin ellos.
¿Y Jamie? Ya desapareció antes, mucho antes. 



Yo también me la llevaría. Y a él, y a todos.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Dead day.


“Desaparece conmigo” me dijo. Yo ya ni estaba.
Los lugares que habitamos se vuelven facetas en nosotros. 
Aquel edificio en ruinas fue mi coraza un tiempo. Los lagos de luz viva resultaron más positivos, pero lo que me volvió valiente creo que fue el metro. Lo habité tanto, más que ahora, que se antojó casi importante.
En la vida no hay conocidos ni desconocidos. Hay quienes quieres que te conozcan y quiénes no. Como en sus vagones.

“Márchate” le dije con hechos. Me hizo caso, al tiempo, cuando ya no tocaba.

Hoy no es hoy. Ya lo será mañana.