domingo, 27 de diciembre de 2015

Mañana la distancia, y hoy la ausencia.


Cada paso, al pie desenfocado, se debilita  entre los vuelos.
No quedaban entonces, augurios en las tazas
ni se reían las voces cruzadas.
Sólo a veces, en un libro, cabían tres o cuatro ideas.
Sólo a veces, en un libro, mi cabeza daba vueltas.

 Se marcharán como marcharon y quedarán los que quedaron.

Pero he conocido a la mujer, y al hombre.
Y al hombre que no quiere serlo.
Y he dejado la ventana abierta,
ahuyentando  apariencias y bajezas,
dando oxígeno a todos mis planetas,
sin olvidar el vacío que hay ahí fuera.



Del avance de las horas, de la avalancha de absurdos, del no te sé decir mañana. Hoy me siento burdo.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Me deshaces los nudos de más allá de mi garganta, como si quisieras que hablara desde las bases de un órgano herido internamente.


Antes me hacías guardar el equilibrio sobre luces de neón, pero lo perdía al llegar la mañana.

¿Recuerdas aquellas noches rescatándote y hablando sobre tu  corrupción,  cómo yo rebatía cada uno de tus puntos?
Después inventabas pruebas de un salvajismo brutal, que yo pasaba por llegar a conocerme a mí misma.
Hablábamos y hablábamos sobre el descosido mundo que nos habitaba.
Y tras todo aquello llegó un momento en que me miraste , y no me reconociste, y en mi rostro se dibujó una sonrisa cruel y ambiciosa, y tuviste miedo, el miedo más hermoso que he llegado a coleccionar.

Después huí y me encontraste, y golpeada mi cabeza contra alguna columna me obligabas a mirar mis principios destruidos.


Yo que quedé enmudecida por ti, por el mundo que me abrías, sin embargo no quería estar contigo.