martes, 17 de enero de 2017

Me cierras. Me ofreces.



Te eché de menos durante el desastre. Nadie disfrutaba tanto del caos.
Eché de menos tus manos tirándome del cuello, obligándome a mirar.
Miré, en cualquier caso.
Busqué, por si alguien se apuntaba el tanto. Por si ese alguien eras tú.
Recordé la vez que me tendiste la mano (te pareció vulgar que no gritara, y a mí que fueras capaz de sostenerme la mirada).

No, no estoy, no sigo allí.
¿recibiste el mensaje?
¿o desconectaste tras el apocalipsis, no fuéramos a ser los únicos supervivientes?


viernes, 6 de enero de 2017

De aquello que se salva.

En los labios, para que no quepa otra interpretación. Es muy fácil perderse en la falta de simbolismos, en las adecuadas formas informales que quieren mitigar todo acto de valor, con mayor miedo al ridículo que a la cobardía.

No se entiende como entre tanta fachada a medio derruir se siguen sin ver los interiores. El hormigón, tan estable, sujetando un derrumbe del alma, que se anexiona, que se funde, que se vuelve piedra, gris, desaparecida.

Átomos que piden y que dan. Las mínimas células, sobre  la celulosa.

Incorpórame, a la mezcla desabrigada de las dudas.
Nadie más preguntará nunca el significado corpóreo del último humo expirado.