jueves, 9 de julio de 2015

wood.


Soñé con un beso en el cuello,
y me desperté aún con la inmovilización que provoca.

-Tus colmillos hacen más daño- decías. Pero aún tengo las marcas de tus dientes, como vetas en madera, en árboles de troncos de un oscuro casi húmedo.

He visto pájaros ahorcarse en sus ramas. De noche. Allá donde mirabas.

Perdí los ojos, las ganas de usarlos. Insistías.

-Ven, aún tengo que enseñarte tanto.
- Si voy, vas a tener que enseñármelo a las manos.