martes, 17 de enero de 2017

Me cierras. Me ofreces.



Te eché de menos durante el desastre. Nadie disfrutaba tanto del caos.
Eché de menos tus manos tirándome del cuello, obligándome a mirar.
Miré, en cualquier caso.
Busqué, por si alguien se apuntaba el tanto. Por si ese alguien eras tú.
Recordé la vez que me tendiste la mano (te pareció vulgar que no gritara, y a mí que fueras capaz de sostenerme la mirada).

No, no estoy, no sigo allí.
¿recibiste el mensaje?
¿o desconectaste tras el apocalipsis, no fuéramos a ser los únicos supervivientes?


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