jueves, 29 de noviembre de 2012

to see.


Me he parado a mirarte, a mirarte de verdad. Detenida a unos pasos de ti, voy limitando tu figura, enfocando los rasgos, uniendo los tonos. 
Lo hago tan despacio, que es imposible que no te des cuenta, que no seas consciente de la lentitud de mi mirada, y tengas curiosidad en saber, ¿qué?

Estás sereno, e intranquilo a la vez, no estamos hechos para ser estudiados tan descaradamente. Pero yo no te estudio, te admiro, te busco, en mitad de los sentidos, utilizando no solo la vista como crees, sino el recuerdo de lo que es el tacto, para repasar tus brazos. Y no me hace falta el recuerdo para olerte, o lo uso sin querer. Y los labios que no pronuncian nada, quieren probarte de nuevo, y anhelar es sentir.

Parado no puedes evitar revisar tu aspecto, porque yo te estoy mirando. Pero no presto atención a lo cuidado, a tu ropa, que me sobra, o al peinado, que ansío deshacer, sino que busco lo que improvisas, porque tu mirada no la estás cuidando, ni las sombras en tu piel, ni el gesto de tu boca, ni el ritmo del parpadeo, ni la respiración, ni el breve temblar de tu cuerpo. Todo eso, todo, quien lo ansía cuidar soy yo, tener, yo, provocar, yo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario