Sacas mi yo de dentro, retorcido, y lo expandes por mis
costados.
Como si lo clavaras al aire, a mi alrededor lo expones, lo
haces público ante mí, para que no tenga
otra opción que evidenciarlo.
De mis extremidades, como si mis venas superaran mi cuerpo ,y
fueran a dar riego a esa nueva forma, a la sombra extraída, al yo más interno,
se alimenta y va creciendo, inflado por mi aliento.
Sobre mi cabeza, bestial y enorme se dibuja, como imposible,
en su origen de una humana.
Negro, como una brutal nada. Inspira y espira, a un ritmo pesado y lento, sobreviviendo
a esta realidad, pues es otra su condición, su término.
No hay comentarios:
Publicar un comentario