domingo, 11 de septiembre de 2016

Siguen sonando, Etienne.

Tumbada en el asfalto siente los motores bajo las uñas.

Le daña hasta la luz del atardecer más sombrío, cuando sortea el mundo por las calles.
Le explotan los oídos con las bombas internas.

Desearía silenciarlo todo, siente tambores en las sienes.

Piensa despacio, porque debe unir una idea con la siguiente, que delira bajo escombros ajenos, introducidos a fuerza en la cabeza.

Un mal camino entre una idea y otra la ha traído aquí.
Una visión confusa, un comportamiento absurdo, y un golpe seco, la vierte inútilmente.

Los motores, parados, se encienden.


Los tambores, no se detienen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario