jueves, 14 de abril de 2016

Cayendo aún agua, de mi pelo al suelo,
el vapor equivocó objetivo, y empañó mi mente y tu cuerpo,
olvidando costumbres, de cristales y azulejos.

El goteo, de un lavabo mal cerrado,
prueba de  falta de atención a todo lo que no fuera  lucha de sed.
    Más tarde,
el grifo y mi cabello secos,
la sed calmada,

y aún más ganas de beber.


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