sábado, 6 de mayo de 2017

Azul, cómo debía ser el mar.

Una hora más de sol podría acabar cegándome por completo.
Todo un océano expuesto para evitar el rescate.
Todo el paginado de la historia antigua,  y la moderna, quemado en mi lavabo.
No importan las duchas frías, los baños templados y la marea baja en la espuma y las sales.
(No terminan de convencerte de hacer lo correcto).
La mayor ansiedad a estas alturas es no estar ansioso por algo.

¿Quién aguanta en la balsa, entre dos aguas, sin motor o vela, a merced de una orilla que lo entienda?

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