Navegar subida en esta especie de
balsa en la que creo (tengo que creer) porque es la única verdad entre
esta irrealidad que nos convive, que nos da de respirar lo que no anhelamos,
pero inspiramos.
No sé si mirar al agua
sobre la cual navego con recelo o con admiración. ¿Es la mentira, que sostiene
el mundo, o es el mundo, que sostiene la mentira? Y si es así, ¿entonces no
debería saltar de esta balsa que creía segura y lanzarme a las aguas más
negras, más oscuras, más “inciertas” para encontrar, ahora sí, la verdad
ahogada, a la que debo darle el aire de mis pulmones, de esos pulmones
contaminados, empequeñecidos, encharcados, para que ella, al fin, respire?
Sí. Deberías saltar a esa agua incierta y desahogarte y abrir la espita de tus pulmones que a lo mejor no estám tan contaminados y respirar hondo..
ResponderEliminarUn saludo, y mi enhorabuena por tu blog y por tus escritos, tan sensibles.
Arturo
Muchas gracias Arturo, por detenerte a leer, y comentar.
EliminarSaltaré.