Ojalá no fuéramos más que un paraíso maldito,
porque lo contendría
todo.
Porque seríamos fin y también principio.
Huida, y antes destino,
premio e infranqueable castigo,
culpable, víctima y deliberado delito.
- ¿y para qué queremos todo?- Me preguntas.
- Porque ya lo somos -.
(Y no quererlo es despreciarnos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario