Tú que paseas los dedos por las cuerdas, como si fuera la
orilla de un mar, a veces al amanecer raso, otras en una noche cubierta y
rabiosa.
Yo, que no puedo aprender de ello más que una visión de
ultratumba. Una imagen hermosa de ti, una imagen hermosa de todo.
¿Quién no tendría dudas por ti? ¿Quién no experimentaría por
ti?
¿quién no crearía un puente, entre lo que puede y quiere
desear, sólo para desearte a ti de frente?
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