jueves, 17 de enero de 2013

Martian.



No sabemos la estrella que tenemos hasta que chocamos con un meteorito caído en tierra, arrasado y abrasado, con el color del dolor, y la evidencia de encontrarse dónde no le esperaban, ni le esperan.

Y es que a veces eso reflejan las miradas, luces de planetas más lejanos, dónde el sol llega menos, y el frío es algo inmenso.
Ojalá antes de ponernos a buscar galaxias ahí fuera, nos preocupáramos por esas personas que sienten ser de Marte, en su propia tierra. 




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