domingo, 1 de septiembre de 2013

the one...


No sabemos a dónde vamos, y cada vez nos importa menos de dónde venimos.
Los pasados se dejan atrás por petición popular, alegando superación, avance, madurez incluso. Ojalá la madurez de sus cinco años de quienes ahora tienen treinta y se vienen abajo, por haber subido quizás demasiado pronto.

Yo en el camino voy, y me paro, y vuelvo porque me he olvidado algo. Y corro mucho a veces, y me canso y descanso. Y aprovecho la parada, o la desaprovecho, y me limito o me extralimito. Me encuentro con otros, me desencuentro a mí misma, recupero el aliento, o se lo robo a alguien. Figuro y protagonizo, desaparezco, me hacen desaparecer. Me requieren y quiero, requiero, y me dejan de querer.  Río como se reía después del paraíso, cuando se había llegado a llorar, y por tanto a valorar.

Y entremedias está el presente y el pasado, y un pie en el futuro y la cabeza en otro estado. Y está bien que puedas contar con alguien, y es necesario que puedas contar contigo. Con el que fuiste y aprendió por ti, con el que ignoró y con el que acertó, con el que te ha hecho llegar, y con el que no dejas de estar ahora para, mañana, seguir estando.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario