martes, 15 de abril de 2014

Y aun quietos.


Somos movimiento. En cada fracción de vida y hasta la muerte, y quién sabe si después de ella, en otro plano.

Somos el temblor de nuestras manos, la inclinación del cuello, y cualquier gesto de soslayo. El seguir intentando, el plante, el cruce de brazos. La indignación en el puño, el baile, la interrupción del paso, la leve causa del arañazo.

Incluso aun si me quedo quieta, si como decimos, semejo piedra, si no se encuentra reacción, ni espíritu, sangre habrá, riendo por las venas.


La decisión de pestañear o no hacerlo, encontrar equilibrio en el suelo.
Pensar, pensar, pensar nada claro.
Sentir, 
movimiento ilimitado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario