Viene, de golpe.
La sensación de encierro.
Las cuatro paredes, el metal.
Un raspón húmedo, viscoso. Lento.
Busco la Nada, su protección. Su peso.
Un escudo, contra intenciones y pensamientos.
Contra el dolor frío,
Y lo rígido del lodo en mis huesos.
En la columna,
una vértebra,
me paraliza.
Busco un auxilio, un templo, Delfos.
Ansío una huída que no sea la mía.
Un: que no lleguen, ni a pensarlo, ellos.
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