lunes, 30 de noviembre de 2015

No se puede ser sólo un hombre contra el hombre.


Hace falta el valor del miedo, quien no lo tuvo no supo enfrentarlo.
La certeza de la necesidad de duda,
lo conveniente de abandonar aquello que convino.
Abrir más ojos y más bocas.
Buscar tu yo en el bando opuesto.
Desestimar estimas que resultaron espinas en la médula del cambio.
No vale nacer, vivir, morir,
sin hacer, sentir y oír.


Que si el enemigo eres tú mismo, y no te has reconocido, ¿cómo vas a combatirlo?
Pararse, analizarse, ¿qué he realmente defendido?
¿He vivido o he matado, gracias a mi vida inerte?
No puedes quedarte simplemente indiferente,
ni mantenerte siempre al borde,

no se puede ser sólo un hombre contra el hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario