Fallaste en apresar al más débil,
y el jirón de su carne en tu boca,
sabía a triunfo arrebatado, y a puñal en la espalda
contraria.
Ahora buscas el error,
mientras te limpias las manchas de las heridas de otros.
Y no quieres mirar porque no ves más allá.
Y los ojos se cierran,
y las dudas se expanden.
Las venas, se
deshacen.
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