Si mañana cerrarais vuestros ojos descubriríais que ayer no
existió el cielo, ni el sentido de la vista.
A este declive del sentir humano, se decidió darle un nombre
que no significara más que la verdad, más allá del parecer del hombre.
Pero no hay verdad sin el hombre, puesto que ¿quién inventó
la mentira?
La naturaleza no se presentó en el juicio, a nada
testificaba.
Las cosas son y siempre han sido, hasta que llegó quien las
nombró, y discutió consigo mismo.
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