viernes, 8 de enero de 2016

Y al malva del día le quedan si quiera dos minutos.


En apenas tres veces tu mano, ha desaparecido por siempre, aunque vuelva.
(En apenas tres veces tu mano, he encontrado casi siempre respuesta).
Y es que siento que puedo, jugar con los susurros entre botones y cuero.

(Pero luego no puedo ,decidir cuándo me pierdo).

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